¿Quién no quisiera volver a ser niño y recuperar su mirada inocente? ¿O tener una máquina del tiempo con la que revivir fantasías de adolescencia? Solo una voz cínica y resabiada lo rechazaría por utópico, pero ciertamente existe una magia capaz de hacernos soñar despiertos, de atravesar tiempo y espacio, de sentir emociones una y otra vez; algo que nos acompaña desde que éramos chavales y constituye un referente en nuestras vidas… el cine. Desde que mi tío me llevara a ver Tiburón hace ya la friolera de 35 años, descubrí una ventana al mundo por la cual experimenté la vida. Y como yo, toda una generación crecimos en paralelo a imágenes y personajes inolvidables; desde el mítico Superman a Indiana Jones, pasando por la ternura de ET o la incorrección de los Gremlins, Goonies aventureros, caballeros Jedi y una prole de seres que devinieron íconos indiscutibles de nuestro tiempo. Por todo ello, hemos construido PHENOMENA como una nave interestelar capaz de cruzar barreras temporales y viajar a otras épocas con una única misión: recuperar aquella ilusión que nos unió a todos.
Así pues, este evento nace para rescatar los grandes clásicos comerciales de los años 70, 80 y 90; esas películas con las que crecimos y experimentamos un estilo de vida. Aquellos títulos que nos hicieron reír, llorar, soñar… esas historias que auspiciaron nuestra primera cita, ese primer beso, aquel inolvidable verano en la playa. En un mundo tan desvinculado de las emociones, muchos buscamos de nuevo el calor humano, y si algo el cine ha demostrado es su virtud para crear esa complicidad colectiva. Desgraciadamente, los usos y costumbres de la exhibición han derivado hoy hacia unconsumo estéril; se ha perdido la esencia del gran espectáculo resultando en una aburrida globalización del producto. Sin embargo, PHENOMENA pretende recuperar el espíritu de aquellas sesiones dobles que nos deleitaban de pequeños; esas tardes cuando nos olvidábamos del “cole” y entrábamos en un mundo de fantasía. Se trata del cine en mayúsculas, en pantalla grande, como lo veíamos antes. Y qué mejor forma de hacerlo que en la única sala superviviente de aquella época, el mítico cine Urgel de Barcelona…1.832 butacas repartidas en dos pisos; una autentica catedral como las de antes.
Es por ello que PHENOMENA pretende ser una celebración única, una auténtica catarsis colectiva como la provocada cuando suena nuestra canción favorita. Fenómenos musicales como Hoy no me puedo levantar o Grease han demostrado ya que lo clásico vuelve a ser moderno, que el éxito revisa el pasado. Y ahora le toca al cine. De momento, yo he reservado butaca preferente.
NACHO CERDA
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