Para los españoles de menos de 40 años, Robert Culp fue el agente del FBI encargado de adiestrar al inútil de Ralph Hinkley en la serie El gran héroe americano. Para los mayores de 40, Culp era el jugador de tenis de fachada y espía de profesión real en otra serie de televisión, Yo, espía, en la que compartía protagonismo con uno de sus mejores amigos, Bill Cosby. Tanto el agente federal como el espía han dejado de existir este pasado Jueves 25, tras caerse en la calle, cerca de su casa de Hollywood, en El cerrito Place. Según Los Angeles Times, el teniente de policía Bob Binder ha asegurado que el intérprete, de 79 años, ingresó en el hospital Queen of Angels después de golpearse la cabeza mientras paseaba por la zona próxima a su hogar. Su cuerpo fue encontrado por una persona que hacía jogging y que llamó a urgencias. Se certificó su muerte al entrar en el hospital.
Robert Culp nació en Oakland (California), en 1930. Fue a las universidades de Washington, donde estudió drama, y a la del Pacífico, antes de aventurarse en la jungla de Hollywood en los años cincuenta. Con 27 años ya llamó la atención en la serie de televisión Trackdown, un western en el que encarnó a un ranger de Tekas, y desde entonces pocas veces más dejó de aparecer en la pequeña pantalla: de un par de apariciones en el show de Barbara Stanwick pasó a un episodio de la primera temporada de Superagente 86, y de ahí a tres más de Más allá del límite (The outers limits). Y en 1965, su gran oportunidad, Yo, espía, que se mantuvo tres temporadas entre las más vistas. Robert Culp y Bill Cosby interpretaban a dos espías, y cada año que estuvo en antena ambos fueron candidatos al premio Emmy: las tres veces Cosby ganó. Pero Culp además sabía escribir, y redactó y dirigió siete episodios; por uno de esos guiones consiguió otra candidatura al Emmy. Cuando acabó la serie Culp, que ya había hecho sus pinitos en el cine en títulos como Domingo en Nueva York, con Jane Fonda, participó en la película Bob, Carol, Ted y Alice, probablemente su mejor largometraje, con Natalie Wood y Elliot Gould, y dirigido por Paul Mazurski. Este filme destrozó en su estreno en 1969 las barreras sexuales que aún coartaban a muchos estadounidenses. Durante la década de los setenta siguió simultaneando tele y cine (Colombo o Raíces en la primera, Explosión de violencia o El asalto de los hombres pájaro en el otro). Incluso en 1972 se atrevió a dirigir El suave rastro de un perfume, un guión de Walter Hill que le reunió de nuevo con Bill Cosby.
En 1981 volvió de nuevo a triunfar en los índices de audiencia televisiva cuando empezó la serie El gran héroe americano. Culp era Bill Maxwell, el duro agente del FBI que formaba equipo con Ralph Hinkley, un profesor que había recibido de unos extraterrestres un traje con superpoderes. Aquí escribió y dirigió otros dos episodios.
En las últimas tres décadas su nombre ha aparecido en innumerables créditos televisivos: La hora de Bill Cosby, Las chicas de oro, ¿Quién es el jefe?, Autopista hacia el cielo, Hotel, Se ha escrito un crimen, de nuevo más Colombo, La niñera, Louis y Clark, Diagnóstico asesinato, Todo el mundo quiere a Raymond (era el suegro de Ray)... Volvió con Bill Cosby al cine en Seguimos siendo espías y encarnó a un presidente de los Estados Unidos en El informe Pelícano, con Denzel Washington y Julia Roberts. También puso voz a varios personajes de videojuegos, porque en realidad, hasta 2004 nunca dejó de trabajar. Aún tiene pendiente de estreno un filme, The assignment.
De gran altura, 1,88 metros, y gran inteligencia y brillantez verbal, Culp se casó en cinco ocasiones, y tuvo dos hijos. Durante años fue compañero de póquer de Hugh Hefner, y el hombre Playboy ha usado Twitter para expresar su dolor.
Robert Culp nació en Oakland (California), en 1930. Fue a las universidades de Washington, donde estudió drama, y a la del Pacífico, antes de aventurarse en la jungla de Hollywood en los años cincuenta. Con 27 años ya llamó la atención en la serie de televisión Trackdown, un western en el que encarnó a un ranger de Tekas, y desde entonces pocas veces más dejó de aparecer en la pequeña pantalla: de un par de apariciones en el show de Barbara Stanwick pasó a un episodio de la primera temporada de Superagente 86, y de ahí a tres más de Más allá del límite (The outers limits). Y en 1965, su gran oportunidad, Yo, espía, que se mantuvo tres temporadas entre las más vistas. Robert Culp y Bill Cosby interpretaban a dos espías, y cada año que estuvo en antena ambos fueron candidatos al premio Emmy: las tres veces Cosby ganó. Pero Culp además sabía escribir, y redactó y dirigió siete episodios; por uno de esos guiones consiguió otra candidatura al Emmy. Cuando acabó la serie Culp, que ya había hecho sus pinitos en el cine en títulos como Domingo en Nueva York, con Jane Fonda, participó en la película Bob, Carol, Ted y Alice, probablemente su mejor largometraje, con Natalie Wood y Elliot Gould, y dirigido por Paul Mazurski. Este filme destrozó en su estreno en 1969 las barreras sexuales que aún coartaban a muchos estadounidenses. Durante la década de los setenta siguió simultaneando tele y cine (Colombo o Raíces en la primera, Explosión de violencia o El asalto de los hombres pájaro en el otro). Incluso en 1972 se atrevió a dirigir El suave rastro de un perfume, un guión de Walter Hill que le reunió de nuevo con Bill Cosby.
En 1981 volvió de nuevo a triunfar en los índices de audiencia televisiva cuando empezó la serie El gran héroe americano. Culp era Bill Maxwell, el duro agente del FBI que formaba equipo con Ralph Hinkley, un profesor que había recibido de unos extraterrestres un traje con superpoderes. Aquí escribió y dirigió otros dos episodios.
En las últimas tres décadas su nombre ha aparecido en innumerables créditos televisivos: La hora de Bill Cosby, Las chicas de oro, ¿Quién es el jefe?, Autopista hacia el cielo, Hotel, Se ha escrito un crimen, de nuevo más Colombo, La niñera, Louis y Clark, Diagnóstico asesinato, Todo el mundo quiere a Raymond (era el suegro de Ray)... Volvió con Bill Cosby al cine en Seguimos siendo espías y encarnó a un presidente de los Estados Unidos en El informe Pelícano, con Denzel Washington y Julia Roberts. También puso voz a varios personajes de videojuegos, porque en realidad, hasta 2004 nunca dejó de trabajar. Aún tiene pendiente de estreno un filme, The assignment.
De gran altura, 1,88 metros, y gran inteligencia y brillantez verbal, Culp se casó en cinco ocasiones, y tuvo dos hijos. Durante años fue compañero de póquer de Hugh Hefner, y el hombre Playboy ha usado Twitter para expresar su dolor.
Descanse en paz.
Fuente: El Pais
2 comentarios:
Merecido y estupendo homenaje. Su presencia en tantas y tantas series y films será siempre recordada. Anda que no me reía yo con sus diálogos con William Katt en el Gran Héroe Americano. Se me clavó aquella frase que le dijo una vez al avistar un peligro: "Venga, ponte ya el pijama y andando" XDD
Saludos.
celebre coletilla, si señor. Su presencia en pantalla ganaba enteros. Lastima de final.
Publicar un comentario